Estas me tienen enamorada y me han entrado unas ganas tremendas de desempolvar los bártulos y ponerme a hacer calceta -crochet- (ahora que está tan de moda otra vez). Quedan tan amorosas...
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Este tuneo ya tiene un tiempo, aunque no lo conocía, y es tan simple como pegar letras de madera (de scrapbooking según he leído) y luego pintar. Me ha encantado, y lo probaré sobre unas anodinas sillas de pino que tengo con las que no sabía qué hacer.
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Y la última es una creación de la archiconocida Martha Stewart {curioso el currículum de esta señora que, además, debe tener un pacto con el diablo, porque nadie le echaría los 70 y..., que empezó a los 15 años como modelo, que estuvo en la cárcel por una venta de acciones algo sospechosa y que, como ave Fénix, resurgió de sus cenizas y salió de la cárcel más rica de lo que entró y formando parte de la famosa lista Forbes... lo que dan de sí los tuneos y las recetas de cocina, oiga}. La silla, icono decorativo de los 50, ha quedado monísima, si bien este modelo de silla ya es monísima de por sí (de hecho le han criticado por tunearla), pero vamos a imaginarnos que utilizamos la misma técnica para crear el "efecto espiga" (y que nos explica un señor en prefecto inglés aquí) en cualquier otra pieza anónima que encontremos por ahí (en los cajones de una mesilla quedaría bien chulo)
buceando sin rumbo fijo por la red... Eso me suena :) Muy chulas las sillas!
ResponderEliminarLa de las letras me gusta un montón, y la última también. Las primeras no se si me atrevería...un saludo,Mamen.
ResponderEliminarQue pasada las primeras sillas! que locura! la segunda tambien es bien mona. La tercera no me dice gran cosa.
ResponderEliminarMe encanta el tuneo de la silla de números y letras, me parece súper original, aunque todas tienen su puntito.
ResponderEliminarBesos.