Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa

Si hay algo que me exaspera son las encimeras de las cocinas tan repletas de cosas que, cuando te pones a hacer algo, apenas tienes sitio. Y eso es lo que nos pasó en la cocina de casachurri; entre las botellas de agua llenas, las vacías para bajar al contenedor, los mil tarros que voy guardando, que si esto no me lo quites que me gusta tenerlo a mano, que si tal, que si Pascual... la cocina invadida, mal aprovechada y con sensación de dejadez por mucho que intentes tenerla recogida.

Así que, le hemos puesto una solución de las que a mi me gustan: baratita (unos 50 €), sin tener que agujerear las baldosas (que manía con los alicataos...), de quita y pon (por si al churri no le gustaba la idea y porque seguro que me da por darle la vuelta dentro de un tiempo), práctica y apañada (que esté en consonancia con el estilo de cocina -normal y corriente- que nosotros tenemos)

Y ya que te pones, lo primero de todo; reorganizar. Hay armarios (sobre todo los que están en la cima y apenas se abren) cuyo contenido es inclasificable. Nadie sabe cómo ni porqué esas cosas llegaron allí. La mayoría de las veces están colocadas a presión, y cuando abres el armario -de ciento a viento-, siempre te cae el típico recipiente de plástico mugrosillo a la cabeza que vuelves a recolocar -a presión- otra vez en su sitio antes de volver a cerrar rápidamente el armario mientras piensas "a ver qué día hago un zafarrancho de limpieza y ordeno todo". Pues ese día llegó!!!! Y qué alegría cuando acabó! (qué jartá a fregar... armarios, baldosas, "titos" varios...) Sólo con eso la cocina ya empezaba a parecer otra.

Luego cambié las cortinas de la puerta de la galería, que las pobres tenían ya un color indefinido ("es que blancas, blancas nunca han sido..." me decía el churri en su defensa). Así que compramos una tela alegre y con más miedo que arte, saqué la máquina de coser que amablemente me ha cedido mi madre (que era la que hacía todos estos menesteres, pero está de "huelga de agujas caídas") y esto fue lo que salió

Como podéis ver en la foto del antes, teníamos el tostador encima del radiador, porque es donde están los enchufes (cosas de esas de la construcción tan bien pensadas) y siempre estábamos con el "a ver qué ponemos". 

Para que os hagáis una idea, este es el espacio "inutilizado", que es largo, pero hay que poner cosas poco profundas, porque la anchura de la cocina no da para más.

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Mientras le daba los últimos toques a la Rast me gustaba mucho como estaba quedando y cada vez me daba más pena desprenderme de ella y entonces pensé que, como es estrecha, en la cocina podría quedar bien  acompañada por un par de estanterías Hyllis, que son más o menos de la misma medida, y la solución perfecta para no tener que hacer agujeros {es muy importante el proceso de visualización... cierras los ojos, te concentras y visualizas -al más puro estilo Rappel-}

Estoy encantada porque ahora cada cosa tiene su sitio y está ordenado (podía haber puesto "atrezzos" chulos para hacer las fotos más bonitas, pero prefiero que lo veáis tal cual es) . Y tengo cajones extra, que vienen de maravilla. 

Y para dejar notas, con una alfombrilla de ratón y unos posavasos de Ikea y pegándolo con cinta de doble cara...

Ahora la encimera está despejada!!! O casi... porque un domingo que el churri bajó a por el pan, se vino con un expositor de "Lacasitos" debajo del brazo que he reconvertido en un práctico "guarda bolsas" y que además aporta color y un toque divertido a la cocina (que falta le hace, porque al tener poca luz, es un poco tristorra)

Pues esta es mi solución apañada para la cocina con la que estamos encantados y espero que te sirva si estás buscando tu "solución apañada" (Y si la encuentras y te apetece, mándamela y la compartimos)