Cuando contaba lo de los regalos de comienzo de año, decía que había uno especial; esta mesilla hecha con una caja de fruta de las de antes.
Y por qué es tan especial para mí? Pues porque gracias a esta entrada que hice para que sirviera de inspiración a la destinataria de la mesilla, empezasteis a leerme [tiene casi diez veces más visitas que la segunda entrada más visitada!!!] y decidí seguir adelante con el blog. Como he sido un poco desastrosa para darme a conocer por otras vías, le debo a las cajas de fruta tener un minúsculo espacio en la blogosfera del que no puedo estar más contenta y como pequeño homenaje a partir de ahora forman parte de la cabecera del blog y espero que me sigan sirviendo de talismán.
Es una pena que, una vez más, no tenga fotos del antes (espero que ya no me pase más porque los reyes-churris me han puesto una cámara rechula que puedo llevar a todas partes), porque la caja estaba hecha un asquete . Llevaba más de veinte años sin usar (y se notaba que le habían dado "ferrete" otros tantos), así que la tierra que llevaba pegada -casí diría que tatuada- tenía solera. Además tenía bastantes agujerillos de carcoma. La limpié a conciencia, lijé un poco y sobre todo le di lana de acero para no encontrar ninguna astilla que se pudiera clavar accidentalmente y la dejé en cuarentena bien impregnada en anticarcoma y envuelta en papel film.
Pasadas unas semanas, le tapé los agujeros de carcoma con masilla (quedaron prácticamente imperceptibles) y únicamente la traté con cera transparente. Como estaba tan reseca la madera, le di toda la que me quiso absorber (casi, casi se "comió" el tarro entero). Quedó suave, suave y con un olor estupendo.
La caja llevaba las iniciales de su propietario (E.C.) pintadas de azul en los laterales. Pensé en quitarlas, pero finalmente me pareció un toque súper auténtico y encima son las iniciales del blog -¡y las del churri!-, así que las dejé.
Quería utilizarla como mesilla y ponerle ruedas, no sabía si unas más pequeñas o éstas más grandotas y viejunas, oxidadas y gastadas (que también limpié a conciencia), que a lo mejor son excesivamente grandes, pero me hace gracia como quedan
También quise ponerle un pequeño estante, que hice con la tapa de una caja de botellas de cava que cojí del supermercado. También la traté únicamente con cera, pero le eché un poco de betún de Judea para igualarla al tono del resto de la caja y la verdad que ha quedado casi igual.
Todas estas transformaciones son perfectamente reversibles, por si a su dueña no le gustan y la prefiere tal cual. Aunque a mi me encanta como ha quedado.
Me encanta el resultado de esta caja convertida en mesilla, y también el nuevo encabezamiento de tu blog. Muy chulo.
ResponderEliminarUn abrazo
Fran
me encanta !!!! que de cosas se puede hacer con una caja de fruta verdad ??? esta idea esta genial !!!!
ResponderEliminarEs genial!Y también me gusta el nuevo look del blog, un beso, Mamen.
ResponderEliminarMe encanta, me encanta me encanta!!!! Es una mesita super autentica, me encantaría tener una igual en mi casa!! A partir de ahora estaré atenta por si cae en mis manos una caja de fruta parecida.
ResponderEliminarQue original, me encanta. Esperamos que siga siendo tu talisman.
ResponderEliminarUna idea muy de moda ahora que se lleva todo lo industrial, me gusta!!
ResponderEliminardonde esta lo que acabo de escribir si necesitais cajas de esas tengo un monton,chamarileriacj@hotmail.com o 610359769
ResponderEliminarNo tengo ni idea, quizá en la otra entrada donde has dejado tu teléfono, porque aquí nadie te ha borrado nada. Tentada he estado de borrar esto, no porque vendas nada, sino por tu falta de formas y sobre todo, de amabilidad.
EliminarLo dejo, por si tienes suerte y vendes algo, pero si quieres volver a decir algo, te rogaría que te pongas en contacto conmigo primero espirituchamarilero@gmail.com
Muchas gracias y un saludo