La abandonaron enfrente de casa {en el mismo sitio donde encontré
ésta} junto al cubo de la basura. Lo cierto es que muy buena pinta no tenía, así que pasé de largo y me subí para casa, pero no lo pude remediar y le eché otro vistazo desde el balcón... y no la vi tan mal! Así que, rauda y veloz -y con unos buenos guantes , para que el churri no me riñera- bajé a por ella, la envolví en bolsas de basura y la trasladé al sitio de mis tuneos, donde ya pude examinarla con todo detalle.
No es de madera maciza, pero el chapado (no estoy muy segura si se dice así) se trabaja mucho mejor que la melamina. No tengo el proceso en fotos, pero lo voy a contar porque hoy me ha escrito Ana -que tiene un montón de cosas para tunear- con algunas dudas, a ver si le puedo echar una mano (y todos los que queráis colaborar y aportar cosas, estáis bienvenidos, así que no dudéis en dejar vuestro comentario)
Limpieza. Esta la limpié a saco, con un detergente de esos ecológicos que luego quité con un trapo húmedo, porque la cogí de la calle, a saber de quien era y estaba sucísima, pero ¡ojo! con la limpieza. Normalmente a mi me gusta limpiarlos con alcohol de quemar (o del de limpieza que venden en el súper) porque creo que es mejor para la madera.Una señora muy maja del rastrillo benéfico me dijo que ella, ante los "muebles dudosos" les daba un buen restregón con volvone (que es amoníaco) y Ana me comenta que los va a limpiar con lejía. En estos dos últimos casos creo que es conveniente actuar con mucha precaución, porque tanto el amoníaco como la lejía son muy fuertes y pueden resultar tóxicos y el agua para la madera no es buena porque puede hincharse y si hay cajones y/o puertas puede que luego no cierren bien. Además, que luego vamos a lijar, así que limpieza sí (sobre todo las zonas internas que no vayan a ir pintadas), pero no "a lo loco".
Lijado y decapado. Si el mueble estaba pintado, la pintura está buena y vamos a pintar del mismo color o un color parecido o diferente (para darle un toque desgastado, por ejemplo) con lijar la superficie un poco para que la nueva pintura agarre, es suficiente.
Si la pintura está fatal, la quitamos con un decapante químico en gel (con cuidado porque es muy tóxico) {hablan maravillas del 5 aros de Mongay, que todavía no he probado}, con una pistola de calor (la pintura vieja se va genial, pero hay que tener cuidado de no "socarrar" la madera) o manualmente... a la "rica" lija!
Si en lugar de pintura, tenía barniz, pues parecido; hay un decapante más específico para barnices (Nitro) y si está barnizado con goma laca, con unas nanas y alcohol se irá bien.
Sorprendentemente no tenía carcoma, pero ahora le pongo anticarcomas a todo, y eso que me llevo por delante! Más vale prevenir.
Esta mesilla como iba a ir pintada y no es madera maciza, aunque la chapa es más "lijable" que la de melamina -que es bastante durilla-, simplemente la lijé un poco.
Arreglos. Si el mueble tiene algún desperfecto lo arreglamos con masilla {mis admiradas blogueras avanzadas, ponen piezas nuevas, cambian otras defectuosas... vamos hacen unas cosas maravillosas que me encantaría aprender porque lo de embadurnar de pintura, aún se me da, pero de ahí no paso...}
Imprimación. Como ya os conté con la
cómoda, cada vez le doy más importancia a una buena imprimación (y más ahora que estoy con unas puertas que me están dando una guerra quepaqué) para que el resultado final sea satisfactorio, sobre todo si vamos a pintar de colores claros, así que no os pene dar dos capas (o incluso tres) de la imprimación que más os guste (acabo de comprar la de Bessier que me recomendó Lole, a ver qué tal, ya os contaré). Aquí tengo la mesilla espanzurrada imprimada con gesso.
Pintura. Podemos utilizar esmalte o pintura acrílica. Es tentador comprar las marcas más baratas, pero... cómo se nota una buena pintura!!!! Aunque reconozco que para determinadas cosas el esmalte al disolvente cubre muchísimo mejor, ya utilizo todo que se limpie con agua, aunque tenga que dar una capa más. En esmalte me gusta mucho el de Bruguer y la pintura acrílica la Americana está muy bien y tiene unos colores muy chulos, aunque he descubierto en otra tienda las de Folk Art que también tienen buena pinta y mejor precio. Con pinturas al agua, se utiliza un rodillo de color naranja (que no hay que cargar demasiado de pintura para evitar el efecto celulitis y tampoco apretar demasiado porque queda como a franjas que se ven al trasluz) y para esquinas (o para lo que quieras) un pincel o paletina suave, según te guste un acabado u otro. Lijamos suave entre mano y mano.
No recuerdo cuántas capas dí, creo que un par de negras (porque ese esmalte negro que tengo es malo con ganas y no hay quien lo termine) y un par de blancas (del esmate de Bruguer que os comentaba, que me sobró de unas puertas). Luego con lana de acero (o como lo hace Lole, con un estropajo de los verdes) desgastas la superficie por donde te parezca.
Acabado. Siempre acabo con cera, me gusta el resultado, el olor, y especialmente el tacto. Se da la cera, se deja secar y se saca brillo (con unas medias viejas se frota genial y sale un brillo -como lustre- muy majo). No suelo utilizar barniz, excepto en la cómoda porque tenía un bote y quería gastarlo, y no sabría ni cuál recomendar ni si da buen o mal resultado (me han comentado muchas veces que al final amarillean).
Y después de todo este rollo (Ana, espero que te sirva y sino, pregunta) este es el DESPUÉS