A través de este paso a paso de
la cómoda que os enseñé el otro día iré explicando alguna cosilla de las pinturas que utilizo y otros aspectos que creo que pueden ser interesantes para quienes quieran probar a tunear algo. Soy completamente
autodidacta y las cosas las voy haciendo según me parece. Cuando me atasco, que sigue ocurriendo a pesar de tener más experiencia,
consulto todo lo que puedo en blogs y foros que son la mejor enciclopedia del siglo XXI y una inagotable fuente de inspiración
y pregunto todas mis dudas (gracias Yolanda!)
Tunear no es gratis y no es cuestión de que nos cueste más el collar que el perro, por mucho de que se trate de un hobby que, además, requiere de paciencia y mucho mimo para que quede bien. Si el mueble a tunear me lo encuentro, me lo regalan o me viene "caído del cielo", lo admito tal cual -a caballo regalado....-. Otra cosa es si lo tengo que comprar, ya sea en el rastro, mercadillos benéficos o tiendas de segunda mano. Entonces si que miro la calidad-precio (que en estas cosas también las hay...y la pela es la pela). En este caso la cómoda no me gustaba especialmente pero estaba en perfectísimo estado, solo un poco sucia, por tamaño encajaba a la perfección donde la quiero poner, me la dejaron a 20 euros y estaba colaborando con una causa benéfica. Por ahora... miel sobre hojuelas!
Al meterla en el coche, se rompió la cantonera de la parte de abajo a la izquierda, pero guardé el cachito y lo pegué y ya no se nota nada de nada.
Lo primero que hice fue quitarle los tiradores, que estaban clavados, con una pata de cabra pequeña y poniendo un paño para que no quedasen muescas o rayaduras que luego quieras o no, se notan.
Luego limpié todo con alcohol de quemar (unos 90 céntimos). A continuación una ligera lijada ya que en este caso el mueble está perfecto y además es de conglomerado con chapa (para el año que viene me encantaría aprender de maderas, que no tengo ni idea) para que todo agarre mejor. Se vuelve a pasar un paño para quitar el polvillo.
Ahora que tenemos la superficie limpia, llega el momento de dar la
imprimación. Hoy quiero detenerme un poco en este paso, que es más importante de lo que puede parecer (y de lo que yo pensaba hasta ahora)
La imprimación sirve para sellar el poro de la madera y para que las pinturas tengan mayor adherencia en cualquier superficie ya que no todas las pinturas "agarran" igual. Los esmaltes, especialmente los sintéticos, agarran bastante bien, tanto que hasta pueden echarse sin imprimación previa. Pero las pinturas acrílicas y en especial algunos colores, parece que no agarren y que quede de un color diferente por más capas que le des, sobre todo si la superficie a pintar es oscura como en este caso.
La imprimación también puede ser sintética o acrílica.
Utilizamos la sintética (que necesita disolventes tipo aguarrás ) en superficies de difícil adherencia como las
baldosas de este baño o en maderas en las que se ha utilizado tinte (especialmente caoba o rojizos) y que no hay manera de cubrir, como me pasó en el ribete de este
marco.
La acrílica es la que más se utiliza ahora, es más cómoda porque se limpia con agua y más respetuosa con el medio ambiente. Hay mucha gente que utiliza
gesso como imprimación (creo que es lo que se hace en los lienzos) y hablan maravillas de lo bien que queda. Yo nunca lo había utilizado y ya era hora de probar. El precio es similar (alrededor de 10 € el bote, que cunde bastante) y qué queréis que os diga... para mí el resultado es similar también! No me ha parecido el descubrimiento del siglo, así que, cualquiera de las dos nos vale perfectamente.
La pintura amarilla que utilicé es de la marca Bruguer, de la línea extreme colors. Es muy buena pintura y la conocía de haber pintado la pared del
baño de la oficina. La vi en una súper oferta por sólo tres euros (su precio normal ronda los 30), así que cogí los colores que les quedaban...
"Huyyyyy, qué baratos!!!! Seguro que les doy utilidad" -pensé-
"porque como pone que vale para madera..."
Así que después de decidir que la quería pintar de
"amarillo que quita el sentío", le di la capa de imprimación "va que chuta" que suelo poner habitualmente que, como se ve en las fotos, no queda cubierto del todo.
Tras un ligero lijado (ligero es ligero... pasamos una lija fina, aunque esté gastada, sobre la superficie como si estuviésemos quitando el polvo para que nos quede suave al tacto) lo pintaba con esmalte y no solía tener mayores problemas... pero esta vez...
Qué desastre!!!! Se ven ronchones por todas partes y ese amarillo.... no se parece ni de lejos al que tendría que ser!!!! Y para llegar a esta conclusión, me pinté toda la cómoda, toma ya!, que bien me podría haber dado cuenta con solo un cajón.... y es que tenía la esperanza de que al secar la cosa mejorara.... pero se quedó igual de mal.
Llegados a este punto, tenía dos opciones, una segunda capa de amarillo para ver si se me cubría todo, o
imprimar en condiciones, de manera que se me quedara como un lienzo en blanco. Tras la experiencia de la
lámpara decidí que lo mejor sería esto último porque de la otra manera y tras veinte capas todavía no hubiera igualado el tono.
Mucho mejor!!!! Dónde va a parar!!! Ahora si.... A pintaaaaaarrrrr!!!!!
Y tras sólo
dos manos de pintura amarilla, el resultado es perfecto! Buena cobertura y el color que tiene que ser (aunque las luces al hacer las fotos despisten un poco). No obstante, le di un barniz de acabado al agua (que tenía por ahí) para mayor protección.
La cosa es que no sabía qué hacer con los frontales de los cajones... estuve por hacerles decoupage, por forrarlos con tela, por quitarlos, por pintarlos en el mismo tono... hasta que al final esas tapas de bote sobre las que puse el mueble y que se ven en las fotos, me dieron la solución... Topos blancos!!!! Con una lata de atún como plantilla, dibujé los círculos en el papel adhesivo para hacer la técnica del
stencil inverso
Aproveché los tiradores pintándolos de negro mate con spray y luego un poco de laca zapón (tenía ambos sprays de trabajos anteriores)
Desde antes de empezar, tenía decidido el papel con el que iba a forrar el interior de los cajones. Es un
papel de regalo comprado en
Primark y me costó 1,50€. Suelo comprar muchos papeles allí, porque son baratos, diferentes e impactantes. El problema es que el papel de regalo en muy endeble, hay que tener mucho cuidado para pegarlo porque sino quedan arrugas por todas partes. Nada de utilizar pegamentos que lleven agua. lo mejor es el pegamento en barra (que en este caso también me hizo alguna arruga) o el pegamento en spray, con el que también hay que tener cuidado porque a veces mancha el papel. Una vez pegado y seco, puedes darle barniz para que aguante más.
Si el papel es más consistente, como el de paredes, puedes utilizar otro tipo de pegamento.
Aquí está todo lo que he utilizado. Las pinturas cunden mucho, así que si nunca más vas a tunear, te aconsejo que compres los envases más pequeños. Si te pica el gusanillo y vas a seguir, guarda todo bien porque para una cosa u otra, volverás a utilizarlo seguro.
Y aquí la tenemos a la espera de colocarla en su sitio definitivo. Espero todo este rollo que he soltado os sea de utilidad. Si tienes alguna duda y te puedo echar una mano, no te cortes y pregunta
Feliz tuneo!