Ayyy!!!! Ya perdonaréis por este silencio bloguero que espero no se vuelva a repetir, sobre todo porque han contado conmigo para un proyecto muy chulo que consiste en la publicación conjunta de una serie de entradas por un grupo de blogueros de España e Hispanoamérica en la que iremos recorriendo (de momento una vez al mes) todas las estancias de la casa y que cada uno comentaremos a nuestra manera. Con tantas visiones diferentes de un mismo tema además de pasar un rato la mar de entretenido, seguro que acabamos encontrando inspiración e ideas nuevas.
Hoy quedamos en el recibidor. Te vienes?
Y tras mucho buscar, he vuelto a mis carpetas inspiradoras y esta es mi elección.
Me gusta porque se adivina una casa grande, bonita e inundada de luz. Me encantan los ventanales, la puerta de entrada pintada en turquesa, los dos estilos de consolas, una de línea más moderna pero llena de detalles vintage y la otra que bien podría ser heredada de la abuela (o comprada en algún mercadillo) con ese espejo tan magnífico y todas las fotos familiares que nos demuestran que es una casa vivida y no la típica de catálogo. Y la alfombra, clasicona, pero qué bonita... Así da gusto entrar en una casa!!!
Pero... el común de los mortales tenemos que conformarnos con una entrada pequeña y oscura, o nos recibe un trozo de pasillo estrecho o, si tenemos una casa pequeña, sacrificamos el valiosísimo espacio del recibidor y directamente entramos en el salón. Sea como fuere, este pequeño e importantísimo espacio de la casa me resulta complicado de decorar, aunque para mí nunca debería faltar un espejo (o un grupo de ellos) en el que echarte el último vistazo antes de salir de casa
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House of Turquose vía Pinterest |
Si los espejos los acompañamos de un mueble tuneado que además nos sirva como desahogo para guardar algunas cosillas, mejor que mejor
Y aunque un recibidor admite prácticamente cualquier mueble que le quieras poner, el otro día tuve la suerte de poder visitar una casa de la que me gustó absolutamente todo; en la entrada -que era bien amplia- no había ningún mueble, únicamente tres fotos en B/N tamaño maxi, de los hijos de los propietarios y una alfombra preciosa sobre una moqueta gris oscuro, casi negro. El truco? Estaba impecablemente iluminada y perfumada. Dos cosas sencillas, casi imperceptibles pero más que suficientes para dar una imborrable bienvenida a un hogar.